viernes, 3 de enero de 2014

El 4 de enero la Iglesia conmemora la festividad del Beato Manuel González, Obispo sevillano y patrono de los seises de la Catedral

El 4 de enero, la Iglesia conmemora la festividad del beato Manuel González, obispo sevillano, patrono de los seises de la Catedral y fundador de la Unión Eucarística Reparadora y las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. Por tal motivo, se celebrará una Eucaristía, a las 17:30 horas, en la parroquia de la Ascensión (calle Sendai, en Sevilla Este). En el altar de dicho templo, que fue consagrado el pasado 28 de septiembre, se encuentran una reliquia del beato Manuel González.
Manuel González García, nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877, en el seno de una familia humilde y profundamente religiosa. Formó parte de los «seises» de la Catedral de Sevilla, donde consolidó su amor por la Eucaristía y por la Virgen. 

El 21 de septiembre de 1901, recibió la ordenación sacerdotal de manos del beato cardenal Marcelo Spínola.

A su llegada a Palomares del Río, queda impactado por el desolador abandono del sagrario en un pueblecito andaluz, al estrenar su primera misión popular. Un hecho para el que buscará remedio a lo largo de su vida.

Nombrado obispo auxiliar de Málaga, recibe la ordenación episcopal el 16 de enero de 1916. En 1920 fue nombrado obispo residencial de esa sede, acontecimiento que decidió celebrar dando un banquete a los niños pobres, en vez de a las autoridades; estas, junto con los sacerdotes y seminaristas, sirvieron la comida a los tres mil niños. 

Manuel González no escatima esfuerzos para mejorar la situación humana y espiritual de su diócesis. Su ingente actividad hace que no pase desapercibido, y con la llegada de la República a España su situación se hace delicada. El 11 de mayo de 1931 el ataque es directo, le incendian el palacio episcopal y ha de trasladarse a Gibraltar para no poner en peligro la vida de quienes lo acogen. Desde 1932 rige su diócesis desde Madrid, y el 5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombra obispo de Palencia, donde entregó los últimos años de su ministerio episcopal. 

Muere en Palencia el 4 de enero de 1940, siendo enterrado en la catedral. En su epitafio puede leerse: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!». 

Su Santidad Juan Pablo II declaró sus virtudes heroicas el 6 de abril de 1998, y aprobó el milagro atribuido a su intercesión el 20 de diciembre de 1999.

La "Obra para los Sagrarios-Calvarios"
El beato Manuel González funda la gran familia de la Unión Eucarística Reparadora, iniciada con la rama de laicos denominada Marías de los Sagrarios y Discípulos de san Juan, a la que sigue la Reparación Infantil Eucarística, los sacerdotes Misioneros Eucarísticos en 1918, la congregación religiosa de Misioneras Eucarísticas de Nazaret en 1921, en colaboración con su hermana María Antonia, la institución de Misioneras Auxiliares Nazarenas en 1932 y la Juventud Eucarística Reparadora en 1939

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