
Ballbé era "un católico de ir a misa los domingos y poco más", según explica el propio interesado, que a lo largo de estos días no ha parado de explicar su historia aunque en puertas de los partidos optaba por el recogimiento una cierta clausura. En 2005, en pleno Mundial Sub´21 y en plena crisis deportiva del Equipo, Ballbé prometió que haría un viaje a Medjugorje, en Bosnia, un centro de peregrinaje cristiano, sin la selección sacaba adelante el campeonato. Se colgaron el bronce, y el posterior viaje a Bosnia aclaró las ideas al jugador barcelonés, de adolescencia difícil y con problemas serios de asma desde su niñez.
"En el vestuario me llaman "curita" y más cosas que es mejor no decir", comenta Litus Ballbé sonriendo, un seminarista de 27 años que colgará botas y stick y se revestirá de las vestiduras sagradas sacerdotales.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario