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En silencio, exclusivamente acompañada por el murmullo de las personas que la seguían o por los viandantes, la Santísima Virgen del Postigo del Aceite llegó a la Plaza del Triunfo, donde se encuentra el monumento que Sevilla ha levantado al Papa-Beato, Juan Pablo II. Los costaleros dejaron frente a frente, a la Pura y Límpia del Postigo, de 80 cm de altura y a Juan Pablo II, el Papa que tuvo la oportunidad de postrarse ante Ella el 5 de noviembre de 1982, cuando en el Real de la Feria Beatificó a la hoy Santa Ángela de la Cruz.
La Hermandad depositó flores a los pies del monumento al Beato Juan Pablo II. Tras la ofrenda floral, que llevaba los colores Vaticanos, amarillo y blanco, se cantó el Salve Madre y, acto seguido, la Santísima Virgen entraba en la clausura del Monasterio de la Encarnación, donde recibirá culto en los próximos días.
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