
Así, durante la celebración, hubo un emotivo recuerdo para varios sacerdotes de la diócesis fusilados en los años treinta: Calixto Paniagua y Leonardo Blanes, canónigos de la Catedral Cádiz, fusilados, respectivamente, en Toledo y Alcoy (Alicante); Antonio Doña, párroco de Santiago el Mayor, en Medina Sidonia, fusilado en Madrid; y los sacerdotes franciscanos Marcelino Lázaro y Justo Rivero, párroco y coadjutor, respectivamente, de la parroquia de Jimena de la Frontera, fusilados en Arriate (Málaga).
Entre todas las parroquias que se sumaron a la celebración, la de San Servando y San Germán de Cádiz ofreció sal, luz y un reloj como símbolo de la entrega de su tiempo, ante toda la comunidad y los grupos parroquiales presentes. Asimismo, se realizó el envío de los agentes de pastoral y se honró a los mártires, titulares de la parroquia.
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