
Un Dios prohibido, dirigida por Pablo Moreno, relata las últimas semanas de la vida de un grupo de jóvenes, casi todos seminaristas, que lejos del conflicto político del 36, deciden vivir hasta el final su fe y su vocación religiosa. Desde que son retenidos hasta el final escriben varias notas donde explican su situación, la de sus compañeros de cautiverio, y la de la gente que los conoció. Estos textos, junto con el relato de dos de ellos, que fueron liberados por ser argentinos, han proporcionado datos históricos muy abundantes para proyectar la versión cinematográfica de los acontecimientos.
El film se centra en la cotidianidad del grupo de seminaristas durante un mes, en una estancia de los escolapios, donde estuvieron retenidos y donde se plantean las relaciones con los milicianos y el comité, la convivencia entre ellos, la vida espiritual y su predisposición a ofrecer la vida. En definitiva, Un Dios prohibido muestra un compromiso claro por la experiencia de la fe en Dios como sentido de la existencia, la generosidad de los que sienten la llamada, el valor de la vida religiosa y el camino trascendente del perdón. Es, por tanto, cine religioso con valor histórico y con la fortaleza del testimonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario