Se cumplieron 25 años desde que la vidente Amparo Cuevas puso en marcha la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores. El 13 de Mayo de 1988 un grupo de personas encabezas por Miguel Martínez Pascual, comparecieron ante notario para darle forma jurídica al deseo de Amparo de ayudar a las personas necesitadas. La Virgen, en repetidas ocasiones se lo había pedido: "fundad casas de amor y misericordia" La constitución de la Fundación vino acompañada de una decisión generosa y a su vez controvertida: el grupo de colaboradores de la vidente pusieron sus bienes al servicio de la Fundación para hacer realidad esa iniciativa de carácter benéfico y ellos optaron por una modesta vida comunitaria religiosa.
25 años después, casi medio millar de residentes han pasado por los tres centros asistenciales con los que cuenta la institución y el balance refleja una inversión cercana a los 30 millones de euros en obras sociales ejecutadas principalmente en La Comunidad de Madrid y en Castilla y León.
Para Pedro Besari, Trabajador Social de la Fundación, el tiempo y la perspectiva pondrán las cosas en su sitio. Amparo, una mujer analfabeta pero con un corazón enorme, siempre se fijó en los pobres, antes incluso de la puesta en marcha de la Fundación. Su obra se conoce en los cinco continentes, pero nadie es profeta en su tierra. Las administraciones ya han alabado los centros que ha fundado y los protocolos de atención que las hermanas Reparadoras aplican en esos centros; los usuarios y sus familias están maravillados... La estamos echando mucho de menos, nadie puede ocupar su lugar, todo el que ha tenido la suerte de conocerla, sin duda se ha enamorado de ella.
Ayer también se cumplió el 20 aniversario del reconocimiento por parte del Cardenal de Madrid, de las monjitas de Amparo Cuevas como Institución religiosa
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