
La oración, iniciada con un canto eucarístico, nos hacía ver a todos los presentes que en Jesús es donde debemos apoyarnos, Él tiene que ser el pilar de nuestras vidas. Las palabras del Evangelista Mateo (Mt 11, 25-30) nos introducían en el ambiente de oración adecuado. Tras unas dinámicas rezamos todos juntos una oración al Sagrado Corazón de Jesús pidiéndole que nos abra nuestros corazones para cumplir su voluntad. A continuación, todos rezamos un Salmo a dos coros. Finalmente, se rezó el Padrenuestro y el Diácono reservó el Santísimo Sacramento; por último, el Rector del Seminario Mayor dio las gracias a la comunidad parroquial por haber estado en la oración y por haber rezado por las vocaciones.
El Rector del Seminario dijo que "de nuevo, la comunidad del Seminario agradece de corazón a todos los que habéis estado presente en todas la oraciones vocacionales de este curso, no sólo es deber de un sacerdote fomentar las vocaciones, sino que es deber de cualquier cristiano ir en busca de aquello tan necesario en nuestra Iglesia actual. Seguro, que si seguimos escuchando a Jesús y lo anunciamos a los demás, Él hará que muchos jóvenes tengan el corazón abierto para dar un sí a las vocaciones más grandes y difíciles."
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