domingo, 30 de junio de 2013

Seis nuevos sacerdotes para la Archidiócesis de Sevilla ordenados en el día de San Pedro y San Pablo

El Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ordenó en la tarde de ayer a seis nuevos sacerdotes en la Catedral Hispalense, tras finalizar su periodo de formación y después de recibir todas las órdenes menores correspondientes al camino que conduce al sacerdocio. El Prelado de Sevilla, en su homilía dijo a los nuevos ordenandos, "sed siempre pastores fieles y entregados, nunca asalariados, a quienes no les importan las ovejas. Sed siempre servidores abnegados en la viña del Señor, sin pedir nada a cambio, sin trivializar el don que recibís. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis, sin escatimar nada.
Manuel Arroyo Romero, procedente de Olivares; Elías Domínguez Teba, de La Palma del Condado (Huelva); Marco Antonio Fernández Rodríguez, de Utrera; Martín González del Valle, natural de Olivares; Gumersindo Melo González, de Gines; y Andrés Ramírez Cárdenas, procedente de la localidad de Lebrija, son desde ayer sacerdotes de la Archidiócesis de Sevilla ordenados en la Festividad de San Pedro y San Pablo ante infinidad de fieles que llenaban la Catedral . La ceremonia comenzó a las 18:00 horas.

El Arzobispo de Sevilla terminó su homilía pidiendo por los nuevos sacerdotes, "todos pedimos al Señor que os acompañe con su gracia y seáis en verdad imagen del Buen Pastor, compartiendo su vida, su soledad, su oración, su entrega absoluta, su sacrificio hasta la muerte por la salvación de los hombres. Que la Santísima Virgen, madre de los sacerdotes, os acompañe y proteja siempre y llene de fecundidad vuestro ministerio para gloria de Dios."

Una vez ordenados sacerdotes, el Arzobispo les enviará a ejercer su recién estrenado ministerio sacerdotal a cualquier punto de la geografía de la Archidiócesis de Sevilla.

Tras la homilía del Arzobispo de Sevilla comenzó el rito de la ordenación sacerdotal. Un rito cargado de símbolos: la oración consagratoria del Arzobispo, la imposición de las manos de los sacerdotes ya consagrados; el cambio de la estola cruzada que los diáconos lucen a la forma  normal; la imposición de la casulla; la consagración de las manos con los óleos; la entrega del cáliz y la patena. Todo un ritual que hizo que la ceremonia se alargara en el tiempo.

Terminada la celebración eucarística de consagración de seis nuevos sacerdotes, éstos recibieron la felicitación de familiares, amigos, formadores e incluso del propio Arzobispo de Sevilla. Después el rito de besamanos. Sí, todos los presentes besan las manos consagradas de los nuevos sacerdotes.

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