miércoles, 3 de julio de 2013

El Seminario de Málaga tiene preparada la actividad para los seminaristas diocesanos en verano

El verano para el Seminario de Málaga no es solo tiempo de vacaciones, sino que los seminaristas intensifican la actividad pastoral, dimensión fundamental en su formación que durante el curso se ve reducida por las exigencias e intensidad de los estudios filosóficos y teológicos. Cada seminarista tiene su plan personalizado de acuerdo a las conveniencias formativas. Un grupo comenzarán el mes realizando su tarea de monitores de la Convivencia del Seminario Menor. El contacto con los niños les facilita desarrollar sus capacidades catequéticas, tarea fundamental en un presbítero. Otros lo harán en los campamentos que los Arciprestazgos de la Axarquía y de Ronda y Serranía están preparando para los niños y adolescentes de sus pueblos. Otro grupo se incorpora a parroquias de la ciudad, de pueblos y de Melilla. Conocer las preocupaciones de las comunidades cristianas, el funcionamiento interno parroquial, las celebraciones litúrgicas, la cercanía a los más pobres y el día a día de la vida del sacerdote es algo esencial para su crecimiento como futuros pastores.
No olvidamos el mundo de los enfermos y de la pobreza: conocimiento de la misión de los capellanes en los hospitales, participación en el Curso de Verano organizado por el Departamento de Pastoral de la Salud de la CEE, en Los Molinos (Madrid), visitas a los enfermos atendidos por las comunidades parroquiales. Además un seminarista va a viajar a Liverpool para compartir, durante un mes, vida y misión con una comunidad de Misioneras de la Caridad trabajando en ambientes de marginación. A la vez podrá perfeccionar el inglés, idioma tan necesario en una Diócesis cosmopolita como la nuestra. Algunos aprovecharán también los días veraniegos para trabajar y conseguir medios económicos para los libros y gastos personales durante el curso.

Finalmente todos participaran en el Encuentro de Jóvenes en El Rocío, conviviendo con los miles de jóvenes de las distintas Diócesis andaluzas que allí se reunirán coincidiendo con la Jornada Mundial de la Juventud. Para muchos jóvenes el conocimiento y la cercanía con los seminaristas puede ser ocasión de que se pregunten ¿qué quiere Dios de mí? Unos días con la familia y amigos completarán el periplo del verano y les dará nuevas fuerzas para afrontar el nuevo curso.


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