domingo, 28 de julio de 2013

JPJ "El Rocío": Mons. Gómez Sierra: "os invito a que nos dejemos sorprender por el Señor"

En la Eucaristía celebrada en la mañana de ayer en El Rocío para los jóvenes peregrinos de la Archidiócesis de Sevilla en la JPJ, Mons. Gonez Sierra, obispo Auxiliar de Sevilla ha invitado a los jóvenes a estar vigilantes para elegir el trigo, no la cizaña. La Eucaristia, presidida por Mons. Gómez Sierra y concelebrada por el Arzobispo de Sevilla Mons. Asenjo y los sacerdotes sevillanos presentes en la JPJ, comenzó con el rezo de Laudes y sirvió para inaugurar la tercera jornada de este encuentro con todos los jóvenes cristianos de las diócesis del Sur de España.

En su homilía, Mons. Gomez Sierra invitó a los jóvenes a abrirse a la Palabra de Jesucristo: "Os invito a que nos dejemos sorprender por el Señor en esta jornada que estamos comenzando con la Eucaristía. Abramos nuestro espíritu a la Palabra que en cada uno de nosotros tendrá un eco particular.".
El evangelio proclamado fue el de la parábola del trigo y de la cizaña. El Obispo Auxiliar ha dicho que: "de ella podemos aprender que el Señor nos habla de manera sencilla, con signos que podemos observar todos y a partir de ahí descubrir toda la profundidad que tiene. Y por ella podemos preguntarnos qué pasa en mi vida, en la Iglesia, en mi parroquia, en mi movimiento o en mi hermandad."
El trigo y la cizaña, decía Mons. Gómez Sierra, es signo de cómo nos conducimos en la vida: "Hay una manera de comportarse que es sembrar cizaña en nuestra vida, en nuestras relaciones: cuando nos dejamos conducir por el propio interés o vamos a aprovecharnos de los demás, dejarnos llevar por la crítica. Pero hay otra forma de acoger la semilla del Señor: cuando nos dejamos acoger por el servicio y la humildad. San Ignacio de Loyola plasmará esto en sus ejercicios con la parábola de las dos banderas. Elegir entre el Señor y el mal. Una elección que tenemos que hacer todos. El trigo y la cizaña."
Finalmente ha encomendado a todos los jóvenes a la Virgen María: "Aprendamos de María, que nunca dejó que en su corazón creciera la cizaña. Pidamos a ella que nos ayude a volvernos siempre al Señor y a su Palabra, que en María se hizo carne y dio el fruto de Dios en medio de nosotros."

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