
Cuando en 1992 se cambió el nombre de pastoral de enfermos por pastoral de la salud, no sólo se pretendía un cambio de nombre, sino de orientación y contenido que le llevara a redescubrir la dimensión sanante de la comunidad, tenemos que dar el salto de una pastoral de la salud que abarque a la sociedad entera y no sólo al mundo sanitario. Superando así un modelo de pastoral de carácter puramente sacramental y asistencial, que sin descuidar la actuación preferencial a los enfermos, ayude a vivir de manera más humana y cristiana la salud, la enfermedad, el sufrimiento, la vejez y la muerte, adquiriendo un talante más evangelizador ya que en su horizonte no está sólo la enfermedad sino la salud, entendida de manera integral que abarque a toda la persona y a todas las personas, abierta a la salvación. Para llevar a cabo esta tarea se necesita a todo el Pueblo de Dios
. Se invitó a los asistentes a ser creativos en su labor pastoral para que fluya el Agua viva de la fuente que sana.
Después de la conferencia, se abrió un diálogo, se rezó el Credo y se culminó el encuentro con la celebración de la Eucaristía presidida por el Consiliario arciprestal de Pastoral de la Salud, Guillermo González.
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