
Aunque despacio, todo está contribuyendo a esta "mejoría": la mejor organización de la sanidad local, la llegada de ayuda sanitaria: médicos, enfermeras-os, medicinas, puesta en marcha de centros de observación y de tratamiento, laboratorios que puedan detectar el virus, mayor control, insistencia en la sensibilización e información de la población sobre las medidas oportunas a tomar, mayor cumplimiento de las normas prudenciales a seguir para no se infectado...
Hasta que la situación no se normalice no se puede decir que el problema ha terminado, y esperemos que nada "se tuerza", en todo caso la esperanza está creciendo y el deseo de recomenzar una vida normal se hace cada vez más grande.
Algunas medidas, como la restricción de movimiento, se han aminorado; ya se está pensando en los posibles planes y programas para cuando todo pueda volver a la normalidad en las escuelas, la universidad, las parroquias, la vida laboral y social... En todo caso habrá, si todo va bien, que esperar más de dos meses.
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