Samuel Forrest se vio enfrentado a una difícil situación apenas nació su bebé, Leo, en Armenia, el 21 de enero. Su esposa lo presionó a elegir entre quedarse con el bebé y divorciarse de ella o darlo en adopción y quedarse juntos. Él eligió quedarse con Leo. En declaraciones a ABC News de Estados Unidos, Samuel, natural de Nueva Zelanda, recordó que tras nacer Leo, inicialmente no le dejaron ver el rostro de su hijo, para luego informarle que tenía síndrome de Down.
“Tuve unos momentos de sorpresa”, recordó, pero luego “me llevaron a verlo y miré a este chico y dije es hermoso. Él es perfecto y totalmente me quedaré con él”.
Sin embargo, la reacción de su esposa, Ruzan Badalyan, no fue de alegría. En cuanto él ingresó a la sala de partos con el bebé en sus brazos “recibí el ultimátum ahí mismo. Ella me dijo que si me lo quedaba entonces nos divorciaríamos”.
La reacción de Ruzan se debería a que para la cultura armenia, un hijo con síndrome de Down traería vergüenza a toda la familia.
“Lo que sucede cuando un bebé como este nace aquí, es que ellos te dirán que no tienes que quedártelo. Mi esposa ya había decidido, así que todo dependía de mí”, dijo Samuel.
Una semana después del nacimiento de Leo, Ruzan pidió el divorcio.
Samuel realizó una publicación en el sitio web GoFundMe, buscando financiamiento para llevar a su pequeño a su natal Nueva Zelanda, donde Leo “puede tener una calidad de vida y aceptación, integración en la sociedad que tristemente, aún no es posible en Armenia”. La petición ha superado los 479 mil dólares en solo 12 días.
“Esto realmente salió de la nada para mí. No tengo mucho, tengo muy poco de hecho. La meta es conseguir suficiente para un año, para que pueda tener un trabajo a medio tiempo, para que Leo no tenga que estar en la guardería y pueda ayudar a cuidarlo”.
En un mensaje publicado en GoFundMe, Samuel aseguró que “he hecho lo mejor que pude para convencer a mi esposa de que podíamos quedarnos con el bebé, pero para su familia un orfanato se veía como una opción más segura para Armenia. Hice todo lo que pude para mantener a nuestra familia unida, incluso sugirió que todos se trasladaran a Nueva Zelanda. Su familia también pasó tiempo tratando de persuadirme de entregar a nuestro hijo a un orfanato”.
Sin embargo, pidió, “Ruzan no debe ser el blanco de todas las frutstraciones que esta situación ha creado”.

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