jueves, 29 de noviembre de 2012

Mons. Lorca Planes, Obispo de Cartagena: "Os ordenáis para la Iglesia, para servir al Señor donde quiera"

La Diócesis de Cartagena cuenta con ocho nuevos diáconos, que fueron ordenados por el Obispo Diocesano, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, en la Parroquia de San Mateo de Lorca. Cinco de estos nuevos diáconos pertenecen al Seminario Diocesano Mayor de San Fulgencio, dos al Seminario Misionero Redemptoris Mater y otro de ellos a la Orden Franciscana. La ceremonia estuvo concelebrada por los presbíteros del Consejo Episcopal, los rectores y formadores de los seminarios, el P. Provincial de los Padres Franciscanos y más de un centenar de sacerdotes. El Coro de San Andrés acompañó la ordenación con sus cantos, que resonaron en este templo lorquino que ayer estaba abarrotado de fieles de diversas nacionalidades, puesto que varios de los nuevos diáconos proceden de otros lugares del mundo.
Mons. Lorca Planes felicitó al comenzar a las familias de los ordenados, asegurándoles que "no habéis perdido un hijo, sino que lo ha ganado la Iglesia". De este modo, remarcó que "quien les asegura el éxito en su trabajo es el Señor". "Ahora también va a abrazar a vuestros hijos la familia de la Iglesia". Añadió que "Dios les va a conceder, mucho más de lo que uno es capaz de imaginar".
 
El hecho de que la ceremonia se oficiara en San Mateo de Lorca, es significativo, como comentó el Pastor Diocesano. "Esta iglesia es signo de un esfuerzo de una gente, que habiendo pasado algo como es un terremoto, demuestra lo que es capaz de hacer". Señaló que "los lorquinos han sabido superar este momento dramático gracias a la Virgen María", ya que "Ella les ha protegido llevándolos al Corazón de Dios".
 
El Obispo animó a los nuevos diáconos a vivir "con los ojos bien abiertos mirando a Jesús". En este sentido, les habló de las enseñanzas del Señor, tomando en particular el modelo del Apóstol San Pablo, para que siempre tuvieran a Cristo en el centro de su vida.
 
El Obispo les comunicó que "os ordenáis para la Iglesia, para servir al Señor donde quiera". "Somos del Señor, y Dios no tiene fronteras; no las conocemos y no las necesitamos". Finalmente, les instó a renovar su sí a Dios, diciéndole: "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad".
 

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