El Papa Benedicto XVI, en su calidad de Obispo de Roma, se ha despedido del clero de su Diócesis, sacerdotes y seminaristas. En su despedida, el Papa ha dicho que "aunque me retiro ahora, en la oración estoy siempre cercano a todos vosotros y estoy seguro de que también todos vosotros estaréis cercanos a mí, aunque permeneceré escondido para el mundo".
Benedicto XVI, decidió dejar paso a otro Obispo en la Diócesis de Roma, quizás con más fuerzas y dinamismo, que pueda llevar adelante el ministerio Diocesano y Petrino. Pero ha dejado claro que no se va, que no se baja de la cruz, sino que la abraza "en lo escondido", en la más absoluta "intimidad". Ahora el discípulo de San Agustín y San Buenaventura, el experto en Santo Tomás y experto investigador de los Padres de la Iglesia, se acerca a otras orillas, en este caso de la mano mística de San Juan de la Cruz.
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