El cortejo de la procesión del Corpus Christi comienza a salir a las 8.30 horas de la mañana de este Jueves eucarístico por la Puerta de San Miguel. En ese mismo momento comienza la misa estacional en el Altar del Jubileo, donde se encuentra la Custodia de Arfe, oficiada por el arzobispo, monseñor Juan José Asenjo. A su término, bailarán los Seises ante el Santísimo, y tras ello, la Custodia se incorporará a la procesión pasadas las 10:00 horas.
El itinerario es Avenida, Plaza de San Francisco, Sierpes, Cerrajería, Cuna, Plaza del Salvador, Villegas, Francos, Placentines, Argote de Molina, Conteros, Alemanes, Placentines, Plaza Virgen de los Reyes y Puerta de los Palos.
Abren la procesión los Carráncanos de la Archicofradía Sacramental del Sagrario. Siguen el Guión Sacramental de esta corporación y las hermandades de Gloria por orden de antigüedad. Tras ellos procesionará la Sagrada Imagen de Santa Ángela de la Cruz. Imagen obra de José Antonio Navarro Arteaga y se incorporó al cortejo en 2010. En 2009 salió por primera vez una escultura de la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz. El paso y su exorno corresponden a la Hermandad de la Amargura. Tras ella, van las hermandades de Penitencia hasta El Silencio.
Santa Justa y Rufina será el segundo paso de la Procesión del Corpus sevillano. La hechura está atribuida a Duque Cornejo. Del paso y su adorno se ocupan por turno las hermandades de Penitencia de Triana. Este año corresponde a la Hermandad del Cachorro. Siguen las hermandades de Penitencia hasta el Calvario, el Apostolado de la Oración, Luz y Vela, Adoración Nocturna y las hermandades Sacramentales hasta la Estrella.
San Leandro y San Isidoro, hijos de Sevilla, también forman parte del Cortejo sacramental. Atribuido a Duque Cornejo y revestido, igual que San Leandro, de plata. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas se ocupa del paso. Le siguen las hermandades sacramentales desde la del Buen Fin hasta la del Santo Entierro.
San Fernando Rey; imagen es obra de Pedro Roldán. Lleva en una mano la espada y en otro la bola del mundo. El paso es responsabilidad de la Hermandad de la Redención. Tras él, la Banda Municipal, el jefe superior de Policía y personal de la Jefatura, representaciones de las Cámaras, representaciones de Colegios Oficiales, Jefaturas de las distintas ramas, Ateneo de Sevilla, Reales Academinas, Universidad de Sevilla, Cuerpo Consular, Audiencias Provincial y Territorial, Órdenes de San Clemente, Constantiniana, del Santo Sepulcro, de Malta, Consejo General de Hermandades y Cofradías, Delegación Diocesana de Laicos, Delegación Diocesana de Acción Católica y Cáritas Diocesana.
La Inmaculada Concepción, talla de Alonso Martínez. El exorno y el paso son de la Hermandad del Silencio. Este año lleva detrás, tras cambiar de ubicación, las insignias basilicales del Cachorro, María Auxiliadora de la Trinidad, Gran Poder y Macarena. Siguen la Asociación de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando y la Archicofradía Sacramental del Sagrario de la Catedral.
El Niño Jesús, obra de Martínez Montañés que acaba de ser restaurada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Va bajo templete y correponde el paso a la Sacramental del Sagrario. Le siguen el Seminario Diocesano, Órdenes Terceras, diáconos y comunidades religiosas.
Custodia pequeña o de la Santa Espina, atribuida a Francisco de Alfaro (siglo VII), porta una reliquia de la Santa Espina. Corresponde a la Hermandad del Valle. Van tras el paso Tribunal Eclesiástico, Clero secular, Curia Diocesana, Universidad de Curas Párrocos, Coral de la Catedral dirigida por el maestro de Capilla, Herminio González Barrionuevo; Seises, Real Maestranza de Caballería, Cabildo Catedral y el vicario general, Teodoro León.
Pasadas las diez de la mañana y al término de la misa, la Sagrada Custodia se incorporará a la procesión. La gran obra de Arfe, hecha con 300 kilos de plata, y diseño del Cabildo Catedral, comenzó a tomar forma entre 1580 y 1587. Consta de cuatro cuerpos y está coronado con una figura de la Fe, que corresponde a su reroma más importante, en el siglo XVII. El Consejo de Cofradías se encarga del paso, único que va sobre ruedas. El exorno es encargado tradicionalmene a Manuel Palomino González, con uvas y espigas del Aljarafe, donadas por la familia Góngora de Villanueva del Ariscal. Detrás va el arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, acompañado del obispo auxiliar, monseñor Santiago Gómez Sierra, y del deán del Cabildo Catedral, Francisco Ortiz; seguidos de las primeras autoridades, las corporaciones municipal y provincial y una Compañía de Honores del Ejército con Bandera, escuadra y música.
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