viernes, 14 de junio de 2013

El Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla nombrado postulador de la Causa de la Sierva de Dios Madre Belén

El Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla, Teodoro León, ha sido nombrado postulador  de la causa de la Madre Belén, perteneciente a las Esclavas del Divino Corazón de Sevilla. El Postulador, junto al resto de personas nombradas, juraron el cargo en el acto de apertura del proceso diocesano de la Sierva de Dios Madre Belén. Los cargos que intervendrán en la instrucción de esta causa diocesana, son los siguientes: Antonio Vergara, delegado episcopal; Ángel Failde, promotor de justicia; Patricia García, notaria actuaria; María del Monte Chacón, notaria adjunta; José Leonardo Ruiz, presidente de la Comisión de peritos en Historia y Archivos; Aurora Lopera y Concepción Gómez, miembros de la mencionada Comisión; y los sacerdotes Antonio Calero y Manuel Soria, teólogos censores. Todos ellos aceptaron y juraron los cargos para los que fueron designados, y el postulador entregó la lista de los testigos para la instrucción de la causa. El Colegio de las Esclavas del Divino Corazón en Sevilla es el lugar designado para la ejecución de las pruebas que se precisen.

Mons. Asenjo hizo hincapié en la trascendencia de actos como el celebrado  en el contexto social actual, “caracterizado por una tenaz e intensa secularización”. El prelado reafirmó la necesidad de “no esconder debajo del celemín este rico patrimonio” y de “dar a conocer la vida de los santos”, sobre todo teniendo como primeros destinatarios a los niños y jóvenes.
 
Más adelante, Mons. Asenjo destacó la riqueza que la Archidiócesis de Sevilla tiene en su santoral: “me parece prudente señalar que los santos y beatos sevillanos son el más grande y genuino patrimonio de la ciudad y la Iglesia de Sevilla, incluso –añadió- desde una perspectiva solamente civil”. “Los santos pueden suponer un motivo de interrogación para los que no creen o se han alejado”, destacó.

Finalizó su intervención felicitando a las religiosas, familiares de la sierva de Dios y personas vinculadas con el instituto religioso, por el inicio de una causa que deseó que fuera “un acontecimiento de gracia, una pascua para la congregación”. Se dirigió de forma especial a Concepción Montoto, religiosa archivera: “que Dios le pague sus trabajos y amor a las raíces históricas de su instituto”, concluyó.

En la capilla, llena para la ocasión, se encontraban la madre general de la congregación, Rosario Fernández; así como la provincial de las zonas Norte y Sur, Encarnación Corral y Cinta Bayo, respectivamente.

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