domingo, 29 de junio de 2014

El portavoz de la Santa Sede asegura que la salud del Papa no es motivo para preocuparse

El Papa Francisco mantiene su agenda y no existen motivos para preocuparse por su salud, afirmó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, después de que el Pontífice cancelara una visita que tenía programada al Policlínico Gemelli de Roma por una "indisposición". "Los compromisos del Santo Padre en la agenda para el domingo 29 de junio están confirmados. No hay motivos de preocupación por la salud del Papa", explicó Lombardi, en un comunicado.
Estas declaraciones del portavoz se producen horas después de que el Pontífice argentino suspendiera la visita que tenía programada a la Universidad Católica de Roma, donde tenía previsto donar las reliquias de los santos Juan Pablo II y Juan XXIII, por una "indisposición".

Además, el Papa iba a conversar con los enfermos del hospital Gemelli, en el que fue internado en diversas ocasiones Juan Pablo II, y a celebrar una misa frente a la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica de Roma que fue, finalmente, oficiada por el cardenal Angelo Scola.

El pasado 19 de junio el Papa renunció a participar en una procesión a pie en un acto por la festividad del Corpus en la capital italiana y, en su lugar, se trasladó en un vehículo.

También, diez días antes suspendió algunas audiencias previstas oficialmente por una "leve indisposición".

Además, Bergoglio ya canceló el pasado 28 de febrero su visita al Seminario Mayor de Roma, por una leve "indisposición" que le produjo unas "décimas de fiebre", informó, entonces, Lombardi.

Los días 9 y 10 de junio pasados, el Papa canceló varias audiencias. Aunque públicamente se dijo que había reposado, en realidad se divulgó después que sí tuvo algunas actividades.

La tarde del lunes 9 de junio, Francisco concedió una entrevista televisiva a Henrique Cymerman, en un salón de la Casa de Santa Marta. Al finalizar la entrevista, antes de despedirse, Francisco dijo: "Se me reseca la boca muchísimo, todo es por la pastilla". El periodista le respondió: "Tiene que descansar (...) ahora un poco".

Pese a las palabras del Papa, el Vaticano negó que él tome medicamentos.

Al menos así se lo dijo a la agencia de noticias Notimex uno de sus colaboradores más cercanos, el sacerdote argentino Guillermo Karcher. "No se medica, lo digo oficialmente", insistió el miembro de la Oficina de Ceremonias Litúrgicas del Sumo Pontífice.

Un día después, el 10 de junio, Bergoglio sostuvo un encuentro de dos horas con más de 60 seminaristas de la congregación Franciscanos de la Inmaculada.

¿Qué había pasado entonces ese lunes, que lo había obligado a suspender actividades? Lo explicó el mismo Papa el día 17 de junio, al recibir en audiencia a los integrantes del Consejo Superior de la Magistratura de Italia.

"Les pido perdón por la otra vez, de verdad. A mitad de la mañana tuve un desvanecimiento, fiebre y tuve que cortar las actividades, me disculpo por eso", dijo ante los magistrados, a quienes había dejado plantados siete días antes.

Pero, la sala de prensa de la Santa Sede se ha resistido a entrar en detalles.

Algunas fuentes hablan de un "golpe de calor", otras de "pico de estrés", se trata siempre de versiones extraoficiales, porque de manera oficial "la vida privada del Papa no se comenta".

Las especulaciones sobre el real estado de salud del Pontífice crecen en especial por otras cancelaciones imprevistas a eventos programados.

El pasado 16 de mayo suspendió todas sus actividades en agenda y un día después canceló un acto en el santuario mariano de la Virgen del Divino Amor, ubicado a las afueras de Roma.

El 28 de febrero de este año comunicó, también a último momento, que no podría asistir al Seminario Romano a un encuentro con estudiantes, a causa de "unas líneas de fiebre".

El 4 diciembre de 2013, no pudo recibir en audiencia al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, a causa de un cansancio repentino. Mientras el 15 de noviembre anterior suspendió varias reuniones por un resfriado.

Lo cierto es que el Papa trabaja mucho y descansa poco. Todos los días se levanta a las 04:30 de la madrugada y se acuesta en torno a las 22:00 horas. Su ritmo es extenuante, con actividades continuas, aunque los martes deberían ser su día de descanso, él lo utiliza también para trabajar.

Por eso, en ocasiones, se ve cansado, como el jueves de Corpus Christi, el pasado 19 de junio, cuando optó por no unirse a la procesión por las calles de Roma y así evitó caminar unos dos kilómetros, un recorrido que sí hizo en 2013.

En julio próximo podrá reposar y bajar el ritmo de trabajo, ya que serán suspendidas sus audiencias generales de los miércoles en la Plaza de San Pedro, las citas en las cuales suele tener un mayor desgaste. Estas catequesis las retomará en agosto.

Además, sus misas privadas matutinas con fieles en la capilla de la Casa Santa Marta serán suspendidas durante todo el periodo estival, desde inicios de julio hasta finales de agosto.

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