lunes, 22 de septiembre de 2014

El Papa escuchó el relato de dos supervivientes del régimen comunista

Los aplausos y las muestras de afecto fueron una constante en la catedral de Tirana. Con un recuerdo especial para los mártires, que continuaron siendo fieles a lo largo del régimen. "Hoy hemos tocado a los mártires", explicó el Papa, quien echó por tierra los papeles después de lo que sucedió al comienzo de la ceremonia. Dos de los supervivientes, un sacerdote y una religiosa, el padre Ernesto y la hermana María Caleta, rezaron junto al Papa, y relataron su experiencia de secuestros, torturas, violaciones y exigencias de apostasías.Al término de su intervención, el Papa Francisco, casi entre lágrimas, se abrazó a los dos largamente, arrancando la ovación de los participantes, todos ellos puestos en pie. No en vano, el sacerdote fue condenado a muerte por no apostatar, una pena que finalmente fue conmutada por 27 años de trabajos forzosos. Una fue puesta a prueba: un santo en vida.

"Había preparado alguna palabra ahora, pero se las voy a dar al arzobispo para que las traduzca", dijo el Papa, desatando el aplauso de los sacerdotes, seminaristas y religiosos presentes en la catedral. "Se me ha ocurrido decirles otra cosa". El Papa, visiblemente emocionado tras escuchar el testimonio de aquellas dos personas, quiso incidir en que"Dios nos consuela en medio de nuestra tribulación, sea cual sea nuestra preocupación".

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