lunes, 22 de septiembre de 2014

El Papa se reunió con el Presidente de Albana en su visita relámpago a este pais

El Papa Francisco se encontró ayer con el presidente de Albania, Bujar Nishani, en el palacio presidencial de Tirana. El Pontífice llegó rodeado de una marea de gente, que participó en una multitudinaria Eucaristía en la plaza de Madre Teresa. "A la globalización del mercado es necesario responder con una globalización de la solidaridad", clamó el Papa.
Durante el camino, el Papa Francisco -quien fue trasladado en un Volskwagen gris- fue saludando a todos los presentes, con quienes se encontraba. Las calles de Tirana estaban engalanadas con las banderas de ambos países, y las avenidas con grandes carteles con los rostros de sacerdotes y religiosos albaneses asesinados por la dictadura comunista.

El dicurso de Nishani comenzó agradeciendo la presencia "histórica" del Papa Francisco en Albania, un país que ha superado "las persecuciones" y que "hoy acoge a todas las religiones". "Nunca intolerancia, nunca violencia, nunca terrorismo. Armonía entre todos, como garantiza nuestra Constitución", señaló el presidente.

"El comunismo intentó destruir la antropología humana, e imponer el ateísmo", añadió, emocionado, reivindicando el papel de los mártires cristianos durante la dictadura. En un parlamento intenso pero demasiado largo, Bujar Nishani recordó a los anteriores papas que visitaron el país, y que defendieron -especialmente Juan Pablo II- a los cristianos "frente al ateísmo y el totalitarismo" e hicieron posible "la democracia".

Por su parte, el Papa mostró su alegría por estar "en la noble tierra de Albania, tierra de héroes que han sacrificado su vida", y "tierra de mártires, que han testimoniado su fe en tiempos difíciles". "Vuestro país es la tierra de águilas", señaló el pontífice.

El Papa Francisco aplaudió las iniciativas y la apertura a los cambios en la Europa del último medio siglo. "La libertad reencontrada permite mirar al futuro con esperanza, emprender proyectos y llevar a cabo relaciones de amistad con el resto de países".

"El respeto a los derechos humanos, entre los que se encuentra la libertad religiosa, es una condición preliminar para el progreso de un país. Cuando la dignidad del hombre se respeta y garantiza, aumenta la creatividad y la interdependencia a favor del bien común".

"Me alegro particularmente -continuó el Papa- por la convivencia pacífica y la colaboración entre las diversas religiones. El clima de respeto y confianza recíproca entre católicos, ortodoxos y musulmanes, es un bien precioso para el país, y una seña para el futuro, cuando grupos extremistas distorsionan e instrumentalizan el verdadero espíritu religioso, convirtiéndolo en un peligroso factor de violencia".

"No se puede poner a Dios como pretexto para la violencia. Las religiones no son un pretexto para atacar la dignidad del hombre. Pido el respeto para la vida y la libertad religiosa de todos", añadió Francisco, quien incidió en que la convivencia religiosa "no sólo es deseable, sino realmente posible y practicable". Así se demuestra en Albania, "un bien inestimable para la paz y el desarrollo de un pueblo, un valor que se incrementa cada día con la educación al respeto a la diferencia y la específica identidad, y colaboración para el bien de todos".

"Es un don, que siempre pedimos en oración. Que Albania pueda seguir siendo ejemplo para muchos países", concluyó el Papa, quien reivindicó la llegada de "la primavera de la libertad". "Se ha consolidado el pluralismo democrático", añadió el Papa, quien recordó a la beata Teresa de Calcuta.

"En un mundo que tiende a la globalización económica y cultural, debemos hacer un esfuerzo para que las riquezas sean puestas a disposición de todos, y no sólo a una parte de la población. A la globalización del mercado es necesario responder con una globalización de la solidaridad, un mayor respeto de lo creado". Y "lo primero de todo, la familia".

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